Los merengues ganan 96-85 al FC Barcelona y se llevan su vigésimo novena Copa tras un partido brutal El Martín Carpena vuelve a ser el pabellón encargado de acoger el Clásico de nuestro baloncesto, y esta vez en una final de Copa del Rey, por lo que el partido prometía ser memorable. Dos de los mejores equipos de Europa, Real Madrid y FC Barcelona, se enfrentan con el objetivo de ampliar su palmarés en la ciudad andaluza de Málaga. Al final del primer cuarto, la igualdad no pudo ser mayor y el marcador así lo reflejó (19-19). Durante gran parte del cuarto, el Real Madrid ha salido con más intensidad y gracias a los robos de Campazzo o los tapones de Tavares han contenido los ataques del Barça. Los culés, que salieron a pista con un quinteto grande con Jabari Parker al tres, se vieron atrás durante casi todo el cuarto hasta que dos triples seguidos de Nico Laprovittola consiguieron traer la igualdad al marcador en las últimas posesiones. En el segundo cuarto, la igualdad siguió reinando en el partido, pero Nikola Kalinic se encargó con un triple sobre la bocina de dar ventaja al Barça al finalizar (43-45). El Barcelona empezó algo más sólido en ataque el cuarto con un parcial de 5-0, pero la segunda unidad del Real Madrid se encargó de corregir los errores con puntos. A lo largo de todo el tercer cuarto las defensas de ambos equipos han sido protagonistas y gran muestra de ello es que ninguno de los dos equipos ha anotado un triple en todo el cuarto. Por parte de los blancos, la intimidación de Tavares y la imaginación de Campazzo han llevado en volandas al equipo durante todo el cuarto y en el cuadro culé ha habido buenos minutos de Jabari Parker (13 puntos) y Jan Vesely (10 puntos). El marcador al final del cuarto es de 66-63 a favor del Real Madrid con todo por decidir en el cuarto cuarto, en lo que está siendo una batalla campal en cuanto a agresividad, dureza y talento baloncestístico. Finalmente en el último cuarto solo habría un color y sería el blanco. El Real Madrid empezaría arrollador el último cuarto del partido, con un parcial de 13-5 que dejaría grogui al conjunto de Grimau, obligando a este a pedir tiempo muerto. El Barça supo rehacerse aunque nunca supo remontar el marcador. Cuando parecía que más cerca estaba apareció Vincent Poirier, que con un palmeo, un tapón y un alley-oop volvió a poner una diferencia de +9 para los vikingos a falta de 2:55 para acabar el partido. Con la expulsión por faltas de Jan Vesely, el FC Barcelona se ha visto noqueado, sin certeza ofensiva ni contundencia defensiva. De esta manera, el Real Madrid se alzaría con su vigésimo noveno título de Copa del Rey y Facundo Campazzo conseguiría el MVP del torneo, siendo este su segundo MVP de Copa del Rey.