Tal y como sucede en la película, el España-Rusia volvió a recordar al partido disputado en la final del Eurobasket 2007 en Madrid. Poco faltó para que Estados Unidos perdiese su primer partido oficial desde 2006 ante Lituania. España vuelve a cometer los errores de concentración en la defensa que le hicieron sufrir en los 3 partidos de los Juegos, y eso, ante una selección como Rusia, se paga muy caro. No fue Shved, no fue Kirilenko. Fueron Fridzon y Ponkrashov en la primera parte y Khryapa en la segunda. Tras el gran inicio del partido por España (28-11). Pero ahí se acabó la concentración española y comenzó la exhibición de Fridzon. Tras el descanso llegarian las primeras ventajas para Rusia de la mano de Khryapa, que con 4 triples en la segunda parte no dejó a España alejarse. Frente al problema, la solución. Felipe defendiendo a Victor y Sergio Rodríguez llevando el timón. Incomprensiblemente, cuando mejor iban las cosas, Scariolo sentó al Chacho y a Felipe y Rusia volvió a anotar para llevarse el partido. España no será primera y, si queda segunda, se enfrentaría a Estados Unidos en una hipotética semifinal. Precisamente Estados Unidos estuvo a punto de perder su primer partido oficial en 4 años. La siempre correosa Lituania (siempre ha llegado a semifinales) que estuvo sólo a 5 puntos de conseguir la machada del campeonato. El gran papel de Kleiza, el dominio del rebote y el poco acierto exterior de los americanos hicieron que el partido fuese más igualado de lo esperado. Finalmente, LeBron James, con 9 puntos al final del partido, llevó a su equipo hacia la victoria final. Detrás de Estados Unidos se sitúan Francia y Argentina. A los europeos les costó más de lo esperado vencer a la cenicienta del grupo Túnez. Sólo Batum impidió que se realizase la machada, pues sólo 4 puntos separaron a los dos equipos. Sin embargo, Argentina no tuvo ningún problema para vencer a una Nigeria que acabó tocada el partido de Estados Unidos, y que además pierde a su base titular, Tony Skinn. También muy fácil fue la victoria de Brasil ante China. Brasil no tuvo que emplearse a fondo para ganar por 39 puntos a una China que necesitan un cambio urgente en el banquillo. La machada vino en el partido entre Gran Bretaña y Australia. Para los anfitriones era un partido de vida o muerte. Si ganaban, tenían oportunidades de pasar. Si perdian, estarían eliminados. Para los australianos, casi lo mismo. Si ganaban estaban seguro en cuartos. Si perdían, tenían que ganar a Rusia y esperar que Gran Bretaña no ganase a China. Los británicos sabían que tenían que llevar el timón del partido, y así fue con Joel Freeland como el capitán del barco. La máxima renta llegó a falta de 18 minutos (15 arriba Gran Bretaña). A partir de ahí, espectáculo de los oceánicos. 70 puntos en la segunda parte. Patrick Mills y Dellavedova fueron los encargados de remontar el partido, y el propio Mills se encargaría de aumentar la ventaja hasta el definitivo 75-106.