Tras fracasar en los dos únicos partidos que el Real Madrid había jugado ante equipos de nivel, el Barcelona en la Supercopa y el Olympiacos en la primera jornada de la Euroliga, lo importante ayer era ganar. Vencer para garantizar la clasificación, por la debacle en Bélgica de la semana pasada y para que la parroquia blanca volviese a creer en un proyecto a corto-medio plazo que no parece arrancar. La afición necesitaba que el equipo de Messina doblegara al combinado griego para dar un golpe de autoridad.
Varios alicientes aportaban al choque contra los helenos más morbo aún: la llegada a España de Teodosic, el hombre que nos dejó sin Mundial con aquel antológico triple de nueve metros y que venía dispuesto a repetir disgustos. Por otro lado, el reencuentro con Papaloukas, dos años después de que el griego se mofara de la afición blanca al dejar al Madrid fuera en cuartos. Todas estas cosas estaban en juego.

Y Messina lo sabía. Por ello, no arriesgó y alineó a su quinteto habitual: Sergio Rodríguez, Llull, Suárez, F. Reyes y Tomic. Cuatro españoles liderando al Madrid en Europa. Digno de resaltar. Comenzó el partido algo atípico, muy fallones ambos equipos hasta que el equipo blanco consiguió lo que buscaba. Correr y conseguir tiros cómodos. Apoyados en una gran defensa, los locales abrieron una pequeña brecha en el luminoso desde el inicio. Resultó clave la defensa en el poste bajo que obligaba a los helenos a buscar tiros incómodos desde el perímetro. El Madrid continuaba su buena dinámica y el Olympiacos marraba desde la línea de tres confirmando su horroroso porcentaje en los tiros de campo. Así, el equipo de Messina continuaba poniendo tierra de por medio y el descanso se acercaba. Fue en este momento cuando el entrenador blanco hizo un flaco favor a su equipo al ser sancionado con una técnica en su afán de presionar a los colegiados. Esto dejó la diferencia al descanso en ocho puntos (42-34).
La segunda mitad comenzó igual que el partido. Ambos conjuntos fallaban en demasía y esto permitió a Olympiacos meterse poco a poco en el partido gracias a las individualidades de Teodosic y Papaloukas que, hasta este punto, se habría borrado del mapa por molestias. Con el paso de los minutos, el Madrid consiguió mantener el ritmo del primer tiempocon la reaparición de Prigioni y aguantar a un conjunto griego que dominaba el rebote defensivo, mejoraba sus porcentajas y circulaba con mayor precisión y fluidez. El tercer cuarto concluyó con idéntica ventaja para los blancos, ocho puntos.
Los hombres de Messina comenzaron el último cuarto con una gran concentración a pesar de una antideportiva innecesaria de Garbajosa que puedo cambiar el sino del partido. Pero hoy era el Madrid de las grandes citas, y, liderado por un gran Sergio Rodríguez (que cada vez se parece más al que fue), consiguió ampliar la diferencia hasta los 14 puntos para desesperación de Ivkovic. El míster de los griegos intentaba encontrar la fórmula para parar a los blancos a base de tiempos muertos. Pero el Madrid tiró de la casta de Llull para finiquitar un gran encuentro de los de Messina. Lo mejor: la resurrección de Serio Rodríguez que, con 19 puntos fue el máximo anotador blanco. Lo menos bueno: que no se consiguió devolver la diferencia de 16 puntos que los griegos endosaron al conjunto español en la ida. Finalmente la diferencia fue de catorce, lo que deja a ambos equipos empatados en la primera posición del grupo B.

82. Real Madrid (24+18+16+24): Sergio Rodríguez (19), Llull (16), Carlos Suárez (8) Reyes (10) y Tomic (12) -quinteto inicial- Garbajosa (5), Tucker (4), Velickovic (0), Fischer (5) y Prigioni (3).

68. Olimpiacos (14+20+16+18): Spanoulis (11), Teodosic (21), Papanikolaou (4), Nesterovic (10) y Nielsen (0) -quinteto inicial- Bourousis (4), Keselj (5), Halperin (0), Mavrokefalides (10), Lucas (0), Papaloukas (3)

Árbitros: Pukl (SLO), Boltauzer (SLO y Latisevs (LAT).

Incidencias: Sexta jornada de la primera fase de la Euroliga. Caja Mágica de Madrid. 7.487 espectadores.

David Oller Molina