Sólo dos temporadas después de haber perdido la categoría, Lucentum Alicante vuelve a llamar a las puertas de la ACB, después de llevarse la victoria en el partido que cerraba la Final Four de la LEB Oro. Dominó de principio a fin al otro gallito de la competición, el Melilla Baloncesto, al que superó por 72-66, después de 40 minutos de intensidad, buen juego y un final agónico. Dos aficiones entregadas, animando a sus equipos desde mucho antes de que comenzara el encuentro, pusieron el colorido a las gradas del Fernando Martín de Fuenlabrada, que se convertía en el mejor escenario para acoger esta gran final. Frente a frente, los dos equipos que, con el ya campeón CB Valladolid, han dominado de principio a fin la fase regular de la competición. Por eso, la calidad del encuentro estaba asegurada, más aún, teniendo en cuenta el premio que esperaba al equipo que se llevara el triunfo: una plaza de ascenso a la ACB. Y, de inicio, pareció que Lucentum jugaba en casa, quizá porque varios de los integrantes de su plantilla tienen pasado fuenlabreño y conocían muy bien los secretos de esta pista. En las primeras acciones del encuentro el acierto estuvo de su parte, especialmente en el tiro exterior. Hasta cinco triples anotó el equipo de Óscar Quintana en el primer cuarto, un bagaje que fue suficiente para tomar las primeras ventajas (9-3). El Melilla, sin embargo, se mantenía al acecho y a dos minutos y medio para el final del primer periodo se situaba a sólo dos puntos (16-14), tras solicitar Paco Olmos el primer tiempo muerto del partido. Pero esta reacción fue cortada en seco por los lucentinos, que imprimieron una mayor intensidad en defensa para cerrar el periodo con un parcial de 9-0 y 25-14 en el marcador. El segundo cuarto arrancó con un claro dominador, el Lucentum Alicante, que marcó un ritmo rápido que desarboló el juego melillense. Así, la ventaja alcanzó los 17 puntos en el minuto 13,5 (31-14), anotando los de Paco Olmos sus primeros puntos en este periodo, de la mano de Rafael Huertas, cuando ya se había cumplido el minuto 14. Pese al control lucentino, el Melilla Baloncesto no bajaba los brazos y fue capaz de situarse por debajo de la temida barrera de los diez puntos (41-33), cuando restaban 21 segundos para alcanzar el descanso, al que se llegó con 44-33 tras canasta más adicional de Guillermo Rejón, la gran figura de esta primera parte (18 puntos y 4 rebotes, para 24 de valoración). Poco varió el guión del partido tras el paso por el vestuario. El despertar del hasta ese momento apagado Kyle Hill llevó al escolta estadounidense a sumar ocho puntos consecutivos que lanzaron de nuevo a su equipo (52-33, min. 21,5). Melilla lo seguía intentando, y Kyle Hill continuaba anotando para los lucentinos (54-40). A cada arreón melillense, respondía Lucentum con una jugada espectacular que devolvía a la realidad a su rival y hacía mucho más complicada su remontada. Pese a todo, al final del tercer cuarto, la diferencia no era nada tranquilizadora para los alicantinos (59-49). Y aún menos lo fue tras el inicio del último periodo. Melilla apuraba sus últimos cartuchos y los nervios comenzaron a atenazar a los que hasta ese momento habían sido los dueños del partido. Sólo siete puntos abajo y todavía siete minutos por delante (59-52). Un triple de Héctor García ajustaba aún más el marcador (60-55, min. 34) y tras un tiempo muerto de Lucentum, un nuevo tiro de 6,25 de Diego Ciorciari situaba a Melilla a dos puntos del empate (60-58, min.35). A partir de aquí, los puntos caían con cuentagotas y los errores se sucedían a ambos lados de la cancha. Poco a poco, los segundos iban corriendo y eso favorecía a los lucentinos, que seguían llevando el mando en el electrónico (64-60, min. 38). El acierto desde la línea de personal acabó dando el triunfo al Lucentum Alicante, que ve así premiado el trabajo de toda la temporada (72-66).