Extraordinaria sesión de playoffs, la de anoche. Máxima tensión, piques, polémicas, gradas enloquecidas… El sabor del “a vida o muerte” en cada posesión que tanto nos fascina con ración extra. El momento de los grandes. Estaba en juego nada menos que dejar dos eliminatorias esencialmente sentenciadas. Tras la exhibición del otro día los Celtics comenzaban en plan paseo en barca. Los Sixers tardaban en anotar su primera canasta casi cuatro minutos y para entonces perdían 2-14. El primer cuarto iban a terminar doblando (12-24) y hasta la mitad llegarían a acumular una ventaja de 18 puntos. Hay que decir que cuando se ponen es maravilloso ver a los Celtics en ataque y en defensa. Nivel objetivamente de campeones. Su problema, quizás, es que ya no pueden mantener ese ritmo tanto tiempo. Cuando los Sixers y el público estaban casi entregados resurgió la mayor virtud de este equipo, su segunda unidad. Extraordinaria reacción de Louis Williams tras unos playoffs tan decepcionantes, bien ayudado por Thaddeus, Meeks y el rookie Lavoy Allen. Conforme iban acortando puntos a base de arreones de casta el respetable se lo comenzaba a creer. Afición animosa la de Philadelphia, capaz de hacer mella hasta en el férreo orgullo verde. Los Celtics comenzaron a cometer errores impropios, en forma de pérdidas y segundas opciones. Además de los problemas de Rondo con las faltas se dieron cuenta que no eran capaces de resistir el empuje de rivales y grada. La cuestión era si habría margen para ir administrando la ventaja mordiendo aquí y allá como ellos saben. No pensemos que los 61 puntos que anotan los Sixers en la segunda parte son producto de baloncesto exquisito e indefendible. Nada de eso. Arrojo puro y bastante caos, pero a los Celtics no les llegaba la camisa al cuello en ataque. Aún estarían por encima a 4’50″ del final con triple de Ray Allen y mantendrían la igualdad casi hasta el último momento. Es en ese punto cuando dos acciones exquisitas de Iguodala, a pesar de no ser un jugador que se prodige especialmente en el clutch, desnivelaban definitivamente el choque . La serie vuelve para Boston con el empate a 2. (83-92). Los Lakers también empezaban fuertes pero la superioridad les duró más o menos medio cuarto. Pronto empezaron los problemas de faltas para Kobe, mantenido con muchos riesgos por Brown, por cierto, y a sufrir de lo lindo todo el choque luchando casi por no ir de cabeza a la barrida. Partido muy tenso y polémico, marcado por un finísimo criterio arbitral por fuera (70 tiros libres lanzados) pero con barra libre en las zonas. El equipo angelino salió a ganar desde el inicio del partido ya que una derrota en casa y un 3-0 en la serie sería muy difícil de remontar en un futuro, así que desde el primer al último integrante de la plantilla se puso el mono de trabajo para ganar el partido. Durante el primer cuarto los Lakers no dejaron correr a Oklahoma y esta fue la clave para ponerse por delante en el marcador, los chicos de oro y púrpura estaban acertados en los lanzamientos y presentían que esta era su noche. En el segundo cuarto la diferencia se recortó y el partido se hizo más intenso con acciones para el recuerdo como un gran mate de Durant, el mejor de Oklahoma, o la disputa entre Westbrook y Metta World Peace, que dejaba en evidencia lo que se jugaban estos dos equipos en el partido. En el tercer cuarto los Thunder pudieron hacer su juego, contraataques rápidos y canastas fáciles, esto se traducía en el marcador y por primera vez en el partido se ponían por delante. Sin embargo los Lakers no se rindieron y Kobe Bryant, una vez más, apareció para mantener a su equipo en el partido. En el último periodo el conjunto de California perdió más balones que durante todo el partido, pero esto no cambio mucho las cosas ya que ofensivamente estaban impecables, anotaban con facilidad y enmendaban los errores cometidos en defensa. El marcador del partido se apretó y los tiros libres fueron decisivos, los locales estuvieron más acertados y se llevaron el partido. A destacar el 41 de 42 tiros libres encestados por los Ángeles Lakers. Con esta victoria los Lakers vuelven a meterse en la eliminatoria, pero aún así deben mejorar defensivamente para poder hacer frente a un equipo joven y compacto como lo es Oklahoma.