Histórica final española: Ros Casares - Rivas Ecópolis
Fecha sábado, 31 de marzo a las 15:46:22
Tema Noticias de la Euroliga Femenina


Histórico, magnífico, espectacular, increíble, todos los calificativos son pocos para lo hecho por Rivas Ecópolis y Ros Casares en la Final Eight. Los 2 representantes españoles disputarán la gran final del domingo. Otro equipo español sucederá el Perfumerías Avenida como campeón de la Euroliga. El Ros Casares cumplió los pronósticos, mientras que el Rivas ha ido haciendo historia a cada paso. Dos caminos distintos con un mismo objetivo, el título de la Euroliga. El día D y la hora H es el domingo a las 19:45 hora española. El ambicioso proyecto del Ros Casares fue construido para levantar el trofeo de la Euroliga. La decepción de la Copa quedará en anécdota si el equipo se corona el domingo. El camino en la competición ha sido brillante, liderando su grupo de la 1º fase, arrasando en los octavos y superando con solvencia la liguilla de la Final Eight (17,7 puntos de media de ventaja). Además, han necesitado levantar un partido que se les había puesto cuesta arriba, ante el Spartak, lo que demuestra que también están aprendiendo a rendir con el viento en contra (lo que no pudieron conseguir ante el Perfumerías Avenida en la final de Copa de la Reina). Si hay algo que ha demostrado el Rivas en esta Euroliga es que se trata de un equipo que sabe competir ante los mejores. En la ronda inicial se impuso al Wisla y al Spartak, consiguió las victorias suficientes para asegurarse el factor cancha en los octavos, clave ante el Bourges y, ya en la Final Eight, ha gestionado mejor que nadie sus recursos y la tensión propia de la situación. No tenían nada que perder ante Galatasaray y supieron contener la salida en tromba de las turcas. Frente al Schio, compitieron con naturalidad sin la presión de tener que ganar y, en el partido decisivo fueron mejores que un Fenerbahce que llevaba 18 victorias y 0 derrotas en la competición.



Grupo A

Fenerbahce 70- Rivas Ecópolis 74

El Rivas Ecópolis jugará, el domingo, la final de la Euroliga. El crecimiento del equipo, que el año pasado sumó su primer título, la Copa de la Reina en Valencia, no se detiene. Las madrileñas llegaron a Estambul con la intención de ir partido a partido, sin renunciar a nada y sin ningún tipo de presión. Así cayeron el Galatasaray y el Beretta-Familia y así ha caído el Fenerbahce. El gigante turco, lastrado por la lesión de Penny Taylor en la guerra que supuso su derby ante el Galatasaray, se vio superado por un equipo que, sencillamente, hizo mejor las cosas y supo competir en todo momento. Rivas saltó a la pista sabiendo que la exigencia estaba en el bando contrario y que gestionar la ansiedad de su rival iba a ser algo de lo que seguro que podían sacar buenos réditos. Para ello, era necesario un gran comienzo (9-20 a los 8 minutos) y contener las acometidas rivales.

Las diferencias se mantuvieron entre los 5 y los 10 puntos, con picos que llegaron a los 14, 44-58 en el 3º cuarto y 48-62 a falta de 8 minutos para el final. El control estaba en las manos del Rivas, pero era inevitable que el Fenerbahce ajustara el electrónico en los instantes finales. Un triple de Vardarli a 46 segundos puso un dramático 70-71 en el electrónico que Elisa Aguilar solo pudo estirar, desde la línea de tiros libres al 70-72. Quedaba tiempo de sobra y la bola volvió a las manos de Vardarli, que ha asumido mucho protagonismo estos días, sobre todo por la ausencia de Taylor. La turca pasó de heroína a villana cuando perdió la pelota ante Asjha Jones, clara MVP del torneo,  y la norteamericana asistió a Anna Cruz para que la escolta sellara la victoria. Un 70-74 que quedará para la historia, como la explosión de júbilo de las ripenses que se colaban, con todo merecimiento, en la gran final de la Euroliga Femenina.

Asjha Jones volvió a ser la mejor del Rivas y acabó con 20 puntos, 11 rebotes, 3 robos y  0 pérdidas (promedio 22,3 puntos y 12 rebotes en la Final Eight). La norteamericana, junto a su cuarteto de compañeras habitual, Aguilar, Cruz, Carson y Nicholls, esta vez con más ayuda de Pirsic por las faltas, ha entrado con fuerza en el imaginario de las ripenses. Y todavía queda la final del domingo, donde el rival, Ros Casares es el mismo al que obligaron al máximo en las recientes semifinales de la Copa de la Reina.

Galatasaray 80- Beretta-Familia 71

El intrascendente partido de la jornada. Las anfitrionas, sin Tina Charles, con Prints saliendo desde el banquillo y Taurasi jugando solo 21 minutos, tiraron de las jugadoras locales. Era la ocasión para que Caglar (17 puntos y 7 rebotes), Alben (7 puntos y 8 asistencias), o Ivegin (13 puntos) demostraran que el equipo es más que las norteamericanas (y Alba Torrens, a la que han echado de menos demasiado). El Galatasaray marcó distancias en el primer cuarto (26-14, con solo 2 puntos de Taurasi) y se dedicó a administrar la renta a partir de ahí ante un rival que, como el Wisla, ha ofrecido una pobre imporesión. Poco quedó del equipo que se cargó al Perfumerías, un conjunto aguerrido y capaz de imponerse a rivales superiores. Es muy posible que sus porcentajes de tiro de larga distancia (25% en triples) y los discretos partidos de Laura Macchi (6,3 puntos y 16% en triples) y Cheryl Ford (11 puntos y 48% en tiros de campo).

Grupo B

Ros Casares 90- Wisla Can-Pack 61

Partido sin historia para el que se ha quedado como máximo favorito para el título. El Ros Casares tardó 7 minutos en estabilizar la ventaja por encima de los 10 puntos y medio partido en coquetear con los 30. Si la primera parte fue de trámite, la segunda sobró totalmente. Las valencianas se conformaron con el castigo que estaban infringiendo a un Wisla que ha decepcionado en la Final Eight y dejaron pasar los minutos rotando jugadoras y dosificando esfuerzos. Su mente, de hecho, estaba centrada en el partido que venía a continuación, donde se decidía su rival en la final.

Roberto Íñiguez utilizó a las 11 jugadoras que se han desplazado a Estambul. La que menos participó fue Lauren Jackson (9 minutos) y las que más Yacoubou y Moore (24). Aún así, el dominio en el rebote fue notorio (43 a 34), la circulación de balón fluida (22 asistencias y solo 7 pérdidas) y las jugadoras pudieron afinar su puesta a punto de cara a la histórica cita del domingo.

Spartak Moscú 80- UMMC Ekaterinburgo 86

Lo que, en circunstancias normales, habría sido un duelo a muerte entre dos equipazos, llenos de figuras del basket mundial, con el título como objetivo, quedó como un descafeinado derby donde se aspiraba al tercer puesto de la Euroliga. Tanto Spartak como Ekaterinburgo sucumbieron ante el Ros y pagaron sus penas en un partido en el que, al menos, hubo acierto de cara al aro. Los porcentajes de tiro notaron la falta de presión competitiva (47,7% en tiros de 2 , 60% en triples y 100% en tiros libres para el Spartak y 51,9%, 42,9% y 70,% el Ekaterinburgo). El Ekaterinburgo fue mejor los 3 primeros cuartos y siempre pudo gestionar una ventaja que nunca bajó de los 4 puntos y posesión, para un Spartak que, otra vez agarrado a su trío de norteamericanas, dejó patente algo que también se le achaca a su rival: con estrellas no basta, hay que armar un equipo







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