Panathinaikos se ha coronado por sexta vez en su historia -tercera en 6 años- campeón de la máxima competición del baloncesto europeo, después de superar a Maccabi por 78 a 80. Los griegos fueron netamente superiores en global a unos hebreos que sólo estuvieron por delante del marcador, puntualmente, en dos momentos del partido: con el 13-11 del minuto 6 y en el 36-35 del minuto 22. El resto, control absoluto por parte de los de helenos, que tuvieron en Diamantidis, MVP de final tras brillar con 16 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias y 24 de valoración, el perfecto director de su victoria. Gracias a un nuevamente espectacular Eidson -17 puntos y 7 rebotes al término del choque- los macabeos podrían ir controlando las embestidas griegas y mantener el choque igualado (33-30) al descanso. Tras la reanudación, Pargo y Schortsianitis pondrían por delante a los de David Blatt, pero poco les duraría la alegría a los israelíes. Le tocaba al turno a la pareja exterior Nicholas-Sato -27 puntos entre ambos-, que empezarían a anotar desde fuera y pondrían a Panathinaikos 11 arriba con el 43-54 que cerraba el tercer cuarto. Pargo volvería a alimentar las esperanzas hebreas poniendo a su equipo a 7 puntos (47-54) al comienzo del último cuarto, pero otra vez Nicholas y un Batiste que se hacía amo y señor de la pintura harían imposible la remontada. El propio Batiste, autor de 18 puntos, terminaría como máximo encestador del duelo. Con el triunfo de los verdes, Zeljko Obradovic obtiene su octavo cetro europeo, que le convierte en el técnico con más Euroligas en su palmarés. El serbio suma, a su vez, la quinta Euroliga con Panathinaikos, después de haber logrado 3 con Partizan de Belgrado, 7up Joventut y Real Madrid, respectivamente. Sin palabras lo del entrenador nacido en Čačak. Por otra parte, tres cuartos de hora antes que diera comienzo la final concluía el partido por el tercer y cuarto puesto. En el encuentro que enfrentaba al Real Madrid con Montepaschi, los blancos no supieron rehacerse de la decepción del viernes y sucumbieron con demasiada claridad frente a un sobrio conjunto italiano. El inicio de los merengues no presagiaba buenos augurios; los de Pianigiani llevaban el ritmo del choque y sólo las acometidas de Llull, único superviviente de la debacle madridista con 23 puntos, y alguna que otra canasta de Mirotic y Begic, mantenían vivo un duelo que llegaría con un 36-32 favorable a los transalpinos a la media parte. El electrónico con el que se iría al descanso permitía pensar en una reacción de los de Molin, reacción que, sin embargo, nunca llegó, sino al contrario. Merced a la anotación de McCalebb (10 puntos), David Moss (12 puntos) y un sensacional Lavrinovic, que acabaría el partido con 17 puntos, 5 rebotes y 7 faltas forzadas, Montepaschi volvería a dispararse en el marcador -45-57 al término del tercer cuarto- y haría inviable la remontada blanca. Las últimas intentonas del conjunto español, lideradas por Felipe Reyes, no pudieron dar la vuelta a un encuentro que finalizó 62-80. Termina con mal sabor de boca  el periplo europeo del Real Madrid, que no pudo ofrecer en su último día una buena imagen ante los centenares de aficionados desplazados a Barcelona este fin de semana